El día de ayer 1 de junio se realizó el Foro Alianza con
el Pacífico: efectos en los sectores productivos, organizado por la
Vicerrectoría de Extensión en el auditorio Clodomiro Picado de la Universidad
Nacional, con la participación de Jorge Andrey Valenciano, Director de la
Escuela de Economía; Renzo Céspedes, consultor internacional; Alvaro Sáenz,
expresidente de la Cámara de Agricultura y Agroindustria; Guido Vargas, Secretario
general de UPANACIONAL; Kattia Cambronero, diputada del partido Liberal Progresista
y Gabriela Víquez, asesora y exdirigente de la Corporación Hortícola, el foro contó
con la moderación de Martín Parada, Vicerrector de Extensión. Al evento se había invitado al Ministro de
Agricultura y Ganadería, Víctor Carvajal, pero este declinó la participación.
El foro inició con la intervención de Jorge Andrey
Valenciano, Director de la Escuela de Economía, quién brindó elementos de un
marco teórico sobre tema del comercio internacional en el que se inscribe la la
Alianza del Pacífico, haciendo referencia a las teorías económicas clásicas de
Adam Smith y David Ricardo, en las que se originan los planteamientos del papel
del comercio en el desarrollo económico, la orientación general que el comercio
beneficia a todos los actores económicos y el surgimiento de los postulados de
las ventajas comparativas y competitivas del comercio.
El académico Valenciano, dejó señaló que pese a las
bondades de estos planteamientos, algunos de sus supuestos son irreales, como
los de la libre circulación de las mercancías, la existencia de mercados
perfectos y que todos los países pueden crear condiciones de competencia y de
especialización que les otorguen ventajas definitivas con respecto a sus
competidores.
Plantea por el contrario, que las ventajas en el comercio
dependen de factores como la infraestructura, la tecnología, los recursos
financieros de los que países no disponen con facilidad y que si los
productores no logran ser competitivos es por la ausencia de esas condiciones, lo
que motiva que tengan que trasladarse a otras actividades, además de que entre
los países no existe libre movilidad de personas para el trabajo agrícola.
También mencionó, que debemos preguntarnos si somos
realmente competitivos en la producción agrícola, con las condiciones de costos,
condiciones medioambientales y sociales que tenemos, frente a los demás países
de la región y frente a los subsidios y exoneraciones aplicadas en los países
desarrollados.
Adicionalmente, dijo hay que recordar que existe una
importante inestabilidad de los precios de los alimentos y que la seguridad y
soberanía alimentaria deben prevalecer sobre las condiciones del comercio, sin
olvidar los problemas generados por el cambio climático que están afectando la
producción agroalimentaria.
Andrey, concluyó que se debe analizar con cuidado los
efectos que puede tener la vinculación a la Alianza del Pacífico(AP) sobre los
productores nacionales y sus condiciones de producción, por lo que una decisión
de ese tipo no debe centrarse en la parte comercial, si no considerar esos
otros aspectos sociales, ambientales y de seguridad alimentaria, para
determinar con claridad que va a pasar con los agricultores.
El consultor Renzo Céspedes por su parte, incluyó en su exposición
los problemas principales del sector agropecuario en la actualidad, tales como:
-una política cambiaria y fiscal contraria al sector
agropecuario
-una política unilateral de reducción de aranceles para
desmantelar el sector
-ausencia de una política adecuada sobre el mercado de
agroquímicos y de regulación del ingreso de nuevas tecnologías
-una política de comercio exterior de apertura sin medir
los beneficios reales para los productores
-una tasa de crecimiento del sector negativa y estancada
en la última década
Ante esta situación del sector, el consultor Céspedes
expuso las que son a su criterio las amenazas de la integración a la Alianza
del Pacífico, entre ellas:
*Los decretos ejecutivos para la reducción de aranceles
aplicados por el gobierno, como el caso de la producción y el comercio del
arroz
*la activación del proceso de la integración a la AP sin
analizar los beneficios para las actividades y los productores
*el estado de situación de los TLC estados con los
diferentes países de USA, Canadá, México y los otros países que componen la AP
*la perspectiva de que con el ingreso a la AP, se podría
abrir la incorporación a la APEC y otros bloques de comercio más amplios
*y la poca atención a que el comercio entre los miembros
de la AP no es relevante y el intercambio comercial es limitado y por lo que el
intercambio con esos países no sería atractivo
*tenemos ya tratados con los países del bloque AP, en los
que el intercambio de bienes es bajo, por lo que realmente la AP no abriría nuevas
oportunidades de comercio
*esos países tienen costos de mano de obra y de la
energía menores a los nuestros, además de que aplican subsidios en seguros de
cosecha y exenciones a los productores de hasta un 60%, por lo que nuestros
productores no podrían ser competitivos
*los tratados de libre comercio con esos países, habían
logrado excluír algunos productos sensibles para la producción nacional, por lo
que no tiene sentido ahora eliminar esas exclusiones y exponer a los
productores nacionales a una competencia desigual
*la integración a la AP, sólo generaría flujos de
comercio unidireccional, de esos países hacia el nuestro, del que sólo se
aprovecharían unas pocas empresas importadores de productos agrícolas
En definitiva, abrir el mercado a esos países sin
entender las distorsiones existentes y el escaso beneficio para nuestros
productores, sólo provocaría el aumento en la pobreza rural y la desigualdad en
las zonas agrícolas del país, reveló.
El estudiante de la Maestría en Agroecología de la
Escuela de Ciencias Agrarias Osvaldo Quesada, señaló algunos posibles efectos
de la AP sobre el sector agropecuario, como los siguientes:
-Costa Rica se ha planteado objetivos para una política
de seguridad alimentaria que garantice el derecho a una alimentación adecuada
que serían afectados
-la pandemia mostró la importancia de mantener la
disponibilidad de alimentos
-la pregunta sería una negociación o una adhesión a la AP?,
pero en vista a que la AP tiene una normativa vigente, lo que se impone es una
adhesión
-en los tratados se incluyen exclusiones a sectores
vulnerables, el AP implicaría renegociar las exclusiones bilaterales
-Costa Rica no es competitivo en algunos productos,
debido a los costos, subsidios y apoyo gubernamental de esos países a sus
productores
-el ingreso a la AP pondría en riesgo más de 250 mil
productores y más de 240 mil empleos
-la disminución de aranceles no significa necesariamente
precios más bajos para los consumidores
-la defensa del consumidor es la producción local, no los
productos importados
-el mercado ya es injusto para los productores
nacionales, por las cadenas de intermediación que manejan el comercio de los
productos, como el caso del frijol y la naranja
De ahí que hay que preguntarse, en qué beneficia a los
productores y a los consumidores, el ingreso a la AP?
El empresario Alvaro Sáenz, expresidente de la Cámara de Agricultura,
mencionó sobre la incorporación de Costa Rica a la AP, elementos como:
-hay una ausencia notoria del gobierno en el apoyo a la
producción nacional, por lo que en la agricultura no hay una ayuda a la
producción como en otras actividades
-las decisiones que se tomen ahora deben ser consultadas,
ya que afectan al país en los próximos 20 o 30 años
-es necesario construir una política agrícola de largo
plazo, ya que los gobiernos cambian cada 3 años
-la agricultura está estancada, lo confirma el bajo nivel
del IMAGRO en los últimos años
-los indicadores son claros, la producción es baja, los
precios de los fertilizantes altos, la pobreza rural aumentó al 28%, el 70% de
la población rural vive de la agricultura
-la producción agrícola se realiza con varios modelos
asociativos, las cooperativas, micro y pequeñas empresas, que serían muy
afectados
-la importancia de los aranceles para los países es indudable,
representa la protección ante condiciones diversas del comercio y si estos se
eliminan los precios de los productos no bajan, como se ha demostrado con el
arroz
-la importancia de producir la comida ha quedado en
evidencia, con el surgimiento de la pandemia, la crisis de los contenedores,la
guerra en Ucrania y el aumento de los insumos agrícolas
-la importación de comida es un gran negocio para unos
pocos, que en este caso se verían beneficiados con el aumento de las
importaciones de los países de la AP.
-la AP es una unión aduanera de 4 países, que no
garantiza que podremos exportar más productos, porque existen sistemas de
protección fitosanitaria que estos aplican a nuestros productos
-con el ingreso a la AP, no será posible mantener las
exclusiones existentes para algunos productos
El proceso de ingreso a la AP, presenta varias falacias:
-que la mayoría del empleo agrícola está ligado a la
agroexportación, también la agricultura familiar genera una alta cantidad de
empleos
-la producción de alimentos no será destruida por la
importación, si no que la importación es complementaria
-los consumidores se ven favorecidos con la importación
de alimentos, porque los precios tienden a bajar para los consumidores que más
consumen alimentos.
Entre las conclusiones finales de Saénz se encuentran que
la comida es perecedera por eso es estratégica para los países y que una vez
que se quiebra la producción interna, es imposible recuperarla.
Así mismo, que la canasta básica quedará amarrada a las
importaciones, que los precios de los alimentos nunca bajarán, el gobierno está
destruyendo a los agricultores con los decretos de rebaja de los aranceles y
que la integración a la AP traerá pobreza y descapitalización de los
productores agrícolas.
El dirigente campesino Guido Vargas, en su exposición
recordó la visión del agrónomo don José Calvo, que decía que si existiera la
libertad de mercado, pero en realidad el mercado es administrado, por lo que
los países deben mantener y proteger la seguridad alimentaria de la población.
Indicó también que si somos competitivos en algunos
productos, pero no frente a los subsidios que aplican algunos países, y que por
eso en los tratados bilaterales se negocian asimetrías.
Dice que el gobierno pretende que entremos a competir con
los países de la AP, pero dónde está el negocio de la AP, para quién es el
negocio se pregunta?.
Recuerda que las organizaciones han insistido en una
agenda de competitividad y de reactivación económica de la agricultura, pero pregunta
dónde quedó esa agenda?, no la hemos visto afirma.
Manifiesta Guido, que las políticas se hacen sin
consultar a los agricultores, solo se las envían para que las conozcan, pero
los agricultores deben participar en las negociaciones para que “la cancha se
empareje para todos” y que así ha sido en el caso de la integración a la AP que
el gobierno mantiene en su agenda.
Reitera que mantener la seguridad alimentaria es una
obligación, por la comida y el abrigo son esenciales y ahora con la importación
de alimentos, lo que se podría dar es un oligopolio de esta actividad, lo que
será perjudicial para los productores.
La diputada Kattia Cambronero, comentó que el sector
agropecuario no tiene un modelo de desarrollo efectivo, como si lo tienen otras
actividades, ni tampoco un modelo desarrollo territorial, pues ésta actividad
está en abandono.
Recuerda que el 73% de la población rural vive del agro y
que el agro genera más de 270 mil, pero no tiene condiciones diferenciadas para
su desarrollo, como créditos, comercialización favorable y más bien funciona
con altos costos y tiene problemas en el uso de los agroquímicos y se pregunta
además cuál es la política de desarrollo tecnológico del MAG?
Señala la diputada, que debemos seguir produciendo lo que
consumimos y que por el contrario hay que desarrollar mejor los mercados
locales y resolver el tema de los seguros de cosechas, el que disponen en otros
países y aquí no se ha logrado con el INS.
Agrega que no tenemos claridad de cómo podría el país
ingresar a la AP, de cuál sería el potencial para hacerlo?, que antes hay que
resolver problemas de competitividad, mientras el sector está en franca caída y
no tiene el apoyo técnico y financiero necesario, ni es capaz de enfrentar el
cambio climático, ni de disminuir la desigualdad existente en las zonas
rurales.
La asesora Gabriela Víquez, apuntó una serie de problemas
que caracterizan al sector, como:
-el sector tiene débiles instituciones, como el MAG y no
se ha pensado en la especialización
-existe un fuerte contrabando de productos agrícolas,
además de permisos de importación que afectan a los productores, como pen el
caso de la cebolla que abunda en el mercado
-hay contaminación por el excesivo y mal uso de
agroquímicos
-la extensión agrícola está en manos de las empresas
comercializadoras de insumos
-existen altos costos y elevadas cargas sociales
-no tenemos un seguro de cosechas que proteja la
producción y la inversión
-los márgenes de comercialización son elevados
-hay una débil unidad de defensa comercial en el MEIC,
por lo que el sector está en estado de indefensión
-es necesario analizar cada uno de los TLCs y sus
implicaciones para las actividades productivas
-no hay una verdadera política pública para el sector agropecuario
-recordó que la alimentación es un contrato social entre
los gobiernos y los ciudadanos.
Ante la situación mencionada, Víquez afirmó que la AP es
una “piedra más”, que va a traer ruina a los agricultores y a la mano de obra
agrícola, se pregunta que le dirá a su padre productor agrícola y a su sobrino
que quisiera ser agricultor, con respecto al futuro de la actividad agrícola?.
Finalmente, el Rector de la UNA, Francisco González,
efectuó la clausura del foro, expresando el deseo de la Universidad de aportar
al diálogo sobre la temática de la integración de Costa Rica a la Alianza del Pacífico
y para que se elabore una política agropecuaria adecuada e integral en conjunto
con todos los actores sociales.
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