Con motivo de
la celebración del día del Agricultor en la comunidad de Zarcero, el Ministro
de Agricultura y Ganadería, Víctor Carvajal, en presencia del Presidente de la
República y de algunos agricultores de la zona, expuso las actividades que ésta
Administración está impulsando en el sector agropecuario, las que en lugar de generar
buenas expectativas hacia el mejoramiento del sector, provocan cierta
incertidumbre sobre la labor del Ministerio y sobre las expectativas de apoyo a
la pequeña producción familiar.
El joven
Ministro, para el que su función no será más que un trabajo que el Gobierno le
ha encomendado y en el que no importa mucho el conocimiento que tenga del
sector y los desafíos que plantea una actividad esencial para más de 200 mil
productores que se debaten entre la sobrevivencia y la necesidad de mejorar las
condiciones productivas, se enfrenta a una realidad agrícola afectada por las
políticas que desde hace casi 4 décadas desmantelaron el apoyo estatal a la
producción agroalimentaria, concebida como una actividad marginal dentro del
modelo de desarrollo orientado a la producción de servicios y a la exportación.
Con las
manifestaciones del Ministro, parece continuar el desmantelamiento y la
desprotección de la producción agroalimentaria, que en los países desarrollados
es una actividad estratégica y que es protegida con ayudas y subsidios por
tratarse de la alimentación de la población, información que las Autoridades
del sector deben conocer.
Entre los
desvíos de su visión sobre la actividad agropecuaria y sobre los productores
agrícolas, el Ministro, menciona que “queremos que el
agricultor sea un empresario agrícola”, sin importar la actividad a que se
dedica, la zona donde se ubica y los recursos de que dispone, desconociendo la
diversidad de las actividades, el tipo de unidad de producción, el lugar donde
se encuentra y la heterogeneidad de los productores; entonces todos deben ser
empresarios agrícolas olvidando la poca asistencia que reciben del Estado.
Ya
el Ministro había, mostrado su particular perspectiva sobre los productores
agrícolas, cuando señaló con motivo de los decretos de la Ruta del arroz, que “para
éstos solo hay una opción viable, recibir un subsidio mientras se fortalecen
como sector y se hagan más competitivos, o cambiarse a otro cultivo, es un tema
de decisión de cada quién, ya tienen las reglas claras”, dijo.(ElObservador,com,27-32023)
En
el marco de esa estrecha visión, sobre la actividad y los productores, el
Ministro expuso entre las acciones institucionales que está ejecutando el MAG,
para mejorar sus procesos productivos, se efectúa “una reestructuración de
personal en la institución, con el fin de ahorrar presupuesto y dirigirlo hacia
procesos más eficientes, rápidos, y económicos, y a la vez brindar apoyo a los
agricultores”.
No
mencionó el Jerarca, sobre que bases y con fundamento en que evaluación de la
labor de las áreas de trabajo y el escaso personal existente se realiza la
reestructuración, luego de la movilidad laboral del gobierno de Figueres Olsen
y de la salida progresiva del personal por jubilación que se ha dado en los
últimos años, lo que ha reducido considerablemente el recurso técnico
disponible y que no ha podido ser sustituido por el congelamiento de plazas en
los sucesivos gobiernos.
Sin
obviar la evidente contradicción, entre ahorrar presupuesto, lograr procesos
más eficientes con escaso personal técnico y brindar apoyo a los productores,
por lo que cabría preguntarse si es posible esa mezcla de propósitos.
Entre las principales
acciones institucionales que se están ejecutando, el Ministro señaló que “estamos
en la restructuración de tecnologías de información para reestructurar la
información y llegar a lo digital, dentro de esa trasformación digital estamos
haciendo algo para tener expedientes digitales, entonces cuando un técnico
visita a un productor generará una calificación del producto”, (Según éste), todas
estas reestructuraciones nos permiten reducir retrocesos y personal de sedes
administrativas para ubicarlo en fincas”.
Ese
es el gran desarrollo tecnológico que el MAG está impulsando, ligado a las
tecnologías de información, es decir digitalizar todos los procesos y tener
expedientes digitales, para presuntamente liberar personal técnico para la
labor de asistencia técnica en las fincas, nuevamente cabe preguntarse será eso
suficiente para mejorar la asesoría técnica a los productores.
Agrega el Ministro, “tenemos
una dirección clara, ayudarle a los agricultores, queremos organizaciones más
sencillas, más llanas y más tecnológicas”, si esa es la prioridad de la gestión
actual, dónde quedan las necesidades de los productores y el mejoramiento de
las tecnologías de producción para el desarrollo de los sistemas productivos más
sostenibles?
Sin embargo, las acciones
mencionadas aún no son las más preocupantes, lo más inquietante y fuera de lugar,
es su visión sobre la extensión y la investigación agrícola, cuando afirma que
“no hay asistencia técnica, la asistencia técnica se basa en el cuidado del
animal, en investigación es muy curioso, tenemos una estación experimental los Diamantes,
que mide 700 hectáreas, no hay ni un solo veterinario, es una finca modelo para
lo que no hay que hacer”.(ElMundo.cr,17-5-2023)
Debido a que no hay
asistencia técnica o que ésta es inadecuada y a que las entidades de
investigación no hacen lo que debieran, “lo que estamos haciendo es reacomodar
el personal”, simplemente eso, nuevamente no se sabe bajo que lineamientos se
está realizando ese reacomodo.
Como si no fuera suficiente,
lo más grave es la concepción de la extensión agrícola, que ha sido reducida a
la capacitación y que ésta debe ser impartida por el INA, para lo que “el año
pasado firmamos una directriz para generar una sinergia con el INA, que tiene
presupuesto para capacitaciones, la idea es que el INA brinde un espacio para
capacitar a los agricultores; queremos que el agricultor sea un empresario
agrícola, para eso tiene que tener un curso de administración, de tecnología,
esa es la capacitación que el INA nos va ayudar a hacer”.
No sólo el Ministro parece
desconocer el verdadero papel y la importancia de la extensión, en el
intercambio y transferencia tecnológica agricultor-técnico en el mejoramiento
de sus sistemas de producción, si no que además desconoce que hace varios años
se había impulsado una propuesta para promover las nuevas competencias de la
extensión rural frente al recambio generacional en el MAG, que significaba una
transformación de la extensión frente a las nuevas demandas del productor rural
y del cambio climático.
En esa línea de los argumentos
ligeros sobre la actividad agropecuaria y los productores que se dedican a
ésta, según el Ministro “los agricultores hacen esfuerzos en sacar muchos
productos al mercado, que son sumamente contaminantes y que además no tienen
registros, son productos que han estado sin control y sin estudios de nada y
están en el mercado”(ElMundo.cr,17-5-2023), grave afirmación que cuestiona la
calidad de los productos que los agricultores comercializan en los mercados y
desconoce el esfuerzo que los agricultores han hecho a través de los años para
ofrecer a los consumidores alimentos sanos e inocuos.
En su presentación del día
del agricultor, el jerarca terminó exponiendo que “el panorama inicial es
complicado, de abandono y de falta de políticas públicas claras y dirigidas en
pro del sector agropecuario»(pero que) ahora tenemos una visión clara del
sector agropecuario que queremos: un sector competitivo, eficiente y
sostenible. Aún falta muchísimo camino, pero vamos a buen paso; porque lo que
prometimos, lo cumplimos”(MAG.com,noticias,15-5-2023)
Resulta difícil comprender
si efectivamente las nuevas Autoridades del MAG tienen una visión clara del
sector agropecuario, pero la participación del Ministro, lejos de contribuir a
la comprensión de las orientaciones del Ministerio en este período, deja una gran
incertidumbre sobre los objetivos sectoriales de la actual Administración y
sobre la pertinencia de las acciones que están ejecutando.
A diferencia del inicio de
otros Gobiernos, en los que se esperaba dimensionar si la labor que proponían
realmente favorecería la producción agropecuaria nacional y en especial a la
pequeña y mediana producción agroalimentaria para el mercado interno, en esta
oportunidad en las políticas y la acción institucional mencionadas, se
vislumbran serias amenazas hacia un mayor debilitamiento de la
institucionalidad y el deterioro del apoyo y la asistencia al sector
tradicionalmente abandonado de la actividad agropecuaria: la producción familiar
de alimentos.
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