El sector oeste de la provincia de Cartago, que hoy
alberga la Zona Franca la Lima, siempre estuvo ligado a la actividad productiva
del país, pero lo que hoy son pujantes fábricas dedicadas a la producción de
insumos médicos y otras industrias de capital externo, en otro momento fue
asiento de fincas cafetaleras y ganaderas en poder de empresarios nacionales.
Según un
reportaje reciente publicado en el periódico digital el Mundo, en 10 años la
zona Franca La Lima(ZFLL), se consolidó como uno de los motores del desarrollo
económico de la región de Cartago, dedicado al
sector de ciencias de la vida y manufactura avanzada, a partir de la confianza que han depositado las compañías
globales en este parque empresarial que posee una infraestructura de clase
mundial, una robusta red de talento humano y un entorno operativo comprometido
con la sostenibilidad y la innovación.
El
reportaje, menciona que en estos 10 años, logró atraer inversiones por más de
USD $1.186 millones, generó más de 8.500 empleos directos, desarrolló 257.000
metros cuadrados en infraestructura de clase mundial, y se posicionó como un
epicentro de innovación, tecnología y sostenibilidad. Lo que inició como una visión ambiciosa de
desarrollo industrial en Cartago, se tradujo en un parque empresarial que hoy
aloja 17 compañías multinacionales de 6 países distintos.
Este
parque exportó USD $0,4 millones en 2014, y 10 años después acumula USD $4.577
millones en ese mismo rubro. Solo en 2024, ZFLL generó USD$1.478 millones en
exportaciones (lo que equivale al 7.3% de las exportaciones de bienes de todo
el país), y proyecta duplicar su impacto en los próximos años.
Se
menciona que ésta Zona Franca ha evolucionado
hacia algo mucho más grande que infraestructura, ya que se ha constituido en una
plataforma de crecimiento para empresas líderes, un punto de atracción de
talento altamente capacitado y un referente de cómo la sostenibilidad puede
integrarse a la operación con excelencia. Este parque ha demostrado que es
posible competir a nivel global desde Cartago, con altos estándares, un
ecosistema articulado y un modelo que apuesta por el bienestar y la innovación
Según el
artículo, la ubicación estratégica de esta zona franca no sólo responde a
criterios geográficos, sino también a una clara ventaja competitiva: su
cercanía con uno de los ecosistemas de talento más sólidos del país. Cartago se
ha consolidado como un epicentro de mano de obra de primer nivel, gracias a la
presencia de universidades de prestigio, como el Instituto Tecnológico,
colegios técnicos como el COVAO y centros de formación parauniversitaria como
el INA que impulsan el desarrollo de profesionales especializados, que están
alineados con los requerimientos de la
manufactura avanzada y con la tecnología.
Se afirma
que Cartago ofrece condiciones únicas: una
ubicación estratégica, centros educativos de excelencia, mano de obra altamente
calificada y una profunda conexión entre la academia y la industria
Y es que
la estrategia del parque ha estado centrada en atraer empresas con alto valor
agregado, pero también en conectar esas oportunidades con el talento local. El
85% de la fuerza laboral del parque proviene de la provincia de Cartago.
Durante el 2025, las empresas instaladas en La Lima proyectan
la generación de 1.500 nuevos empleos directos, una cifra que reafirma el
crecimiento sostenido del parque, Con una proyección de más de 15.000 empleos
directos cuando alcance su máxima capacidad.
Finalmente, la empresa desarrolladora de la zona Franca,
reconoce el impacto que ésta ha tenido en la economía de éste sector y de la
provincia de Cartago, en vista que la inversión realizada, ha estado dirigida a
invertir en el bienestar de las comunidades, en la generación de empleo de
calidad y en el impulso de sectores clave de la industria y de la tecnología.(Elmundo.cr,29-4-2025)
Pero,
frente a la consolidación del parque empresarial de la Lima, nos preguntamos a
qué se dedicaba ésta área geográfica y si en el pasado este sector de Cartago,
estaba integrado a la producción y a la economía nacional, como sucede ahora, reuniendo
a grandes empresas que generan inversión, empleo y aporte a las exportaciones.
Es bueno
recordar que desde inicios del siglo XX y en mayor medida a mediados del siglo
pasado y por espacio de varias décadas, ésta área geográfica estuvo dedicada a la
producción agropecuaria, especialmente a las actividades cafetaleras y
ganadera, con participación también en la producción de granos y de caña de
azúcar.
En fincas
de gran extensión, como las de Mariano Guardia, los Piza y otras más al sur de
la ubicación actual de la zona Franca la Lima y en los terrenos que ocupa
actualmente el Parque industrial de Cartago, fincas de otros empresarios como
René Picado y José Joaquín Peralta, representaban la principal actividad
económica de este sector, perteneciente en parte al distrito de Guadalupe y a
la Lima de Taras de Cartago.
Estas
fincas en estos distritos, eran parte de una extensa zona agropecuaria
conformada según el censo agropecuario de 1963, por cerca de 147 fincas en
Guadalupe, con una extensión de 3.196 manzanas y 101 fincas con una extensión
de 3.408 manzanas en San Nicolás, que se extendían hasta Coris al suroeste y
colindaban con los montes de la Carpintera al oeste, su barrera natural.(INEC,Censo
Agropecuario 1963, pag.3)
Esas
fincas como dijimos se dedicaban a la producción de café, de ganado, de caña de
azúcar y de granos, muchas de ellas eran grandes extensiones, de más de 50 y
hasta 600 manzanas, en poder de empresarios agrícolas de San José y Cartago,
que no vivían en la finca, pero que las visitaban casi semanalmente, y que por
lo general contrataban Administradores y
mandadores, que si vivían en las fincas o en sus alrededores.
Es
posible recordar la calle de tierra que daba acceso a la entrada de las fincas
de Guardia y Piza,(que en la actualidad es casi la misma que da acceso a la
zona Franca), que llegaba hasta las entrada de las fincas que estaban próximas
entre ellas, resguardadas por grandes portones de hierro, que daban acceso a
callejones que cruzaban las fincas y a las casas de los administradores.
Aunque es
difícil establecer cuántas fincas se dedicaban a cada cultivo en los distritos
mencionados en esos años, es posible determinar que en el cantón central de Cartago,
que los incluye, había según el Censo del 63, más de 500 fincas de café y cerca
de 600 fincas dedicadas a la actividad ganadera, de todos los tamaños.
Cartago,
era una provincia eminentemente agrícola y cafetalera, así como sus cantones y
distritos, era la tercera provincia más productora del país y el cantón central
de Cartago, al que pertenecen los distritos mencionados, producía el 17% de la
producción de la provincia y era gran generador de empleo agrícola.
Se
estima, según el mismo Censo, que se generaban 7.357 empleos permanentes y
temporales de trabajadores agrícolas o jornaleros en el cantón central de
Cartago, de los cuales, 849 eran de Guadalupe, 555 de San Nicolás, 583 de
Tobosi y 3.010 de Corralillo, es decir la actividad agropecuaria era la
principal fuente de empleo para la población de estos distritos. (INEC,Censo
agropecuario de 1963, pag.279)
A pesar
de que la información del censo de 1963, no permite determinar el aporte de la
producción de café y la ganadería a la economía nacional y el valor de las
exportaciones de que salían de esa zona de Cartago,, es posible establecer la
estrecha relación de esas actividades con la generación de empleo e ingresos
para las familias de la época, ya que las labores permanentes de las fincas y
las temporales(como los recolectores de café) atraían la mayor parte de la mano
de obra cartaginesa.
Pese a
que se trata de actividades económicas distintas antes y ahora, podríamos
señalar que en la misma área geográfica, el sector oeste de Cartago, hace más
de 60 años, la producción en las fincas agropecuarias ocupaba esas tierras y
generaba cerca del 90% del empleo, que ahora ocupan las empresas de la zona
Franca de la Lima, las cuales generan el 85% del empleo de los distritos del
cantón central de la provincia.
A través de los años, el sector oeste de Cartago ha sido una zona estratégica para la economía regional y nacional, que representa no sólo la transición de la Costa Rica agrícola y rural del siglo XX, a la Costa Rica industrial y tecnológica del siglo XXI, si no también la transformación del modelo de desarrollo económico agroexportador, hacia el modelo de la economía de los servicios y la manufactura avanzada de exportación.
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