La pandemia del covid-19 ha puesto en evidencia varios problemas sociales y económicos, como la vulnerabilidad de las pymes, el crecimiento del empleo informal y la importancia de la brecha digital, que aunque han estado presentes en el desarrollo del país de los últimos años, la crisis económica asociada a la emergencia sanitaria ha revelado sus verdaderas dimensiones.
Los efectos
generados en el país por motivo del COVID-19, han tenido severas repercusiones
en el sector económico, turístico, social y educativo, en este último caso, el
Ministerio de Educación Pública (MEP) se ha visto forzado a establecer planes y
estrategias de emergencia que le permita mantener el contacto con el 1,2
millones de estudiantes incorporados al sistema educativo público.
Para continuar con el
vínculo entre docente-estudiante, el MEP habilitó una cuenta de correo electrónico
a un total de 1.154.227 alumnos matriculados en el curso lectivo 2020, con la idea que aquellos que cuenten
con dispositivos tecnológicos y conectividad a internet lograran continuar su
proceso educativo por medio de la plataforma de Microsoft Teams.
Sin embargo, muy pronto
los registros oficiales del MEP indicaron que de ese total de cuentas
habilitadas, únicamente 147.705 usuarios se reportaban
como activos en la plataforma.
El principal
objetivo de las autoridades educativas en este momento era no perder el rastro de los estudiantes desde niveles de
preescolar hasta incluso educación abierta, pese a estar luchando contra un
fuerte enemigo: la brecha digital.(CR.Hoy,4-5-2020)
Un
año después en esta semana, el MEP logró identificar a los 425 mil estudiantes
sin conectividad a
Internet, a partir del Censo
Inicial del curso lectivo 2021, realizado entre febrero y marzo, que incluyó la
variable conectividad.
El resultado de
un primer diagnóstico, en mayo de 2020, había arrojado que
535 mil estudiantes del país no tenían conectividad en sus hogares.
Esos resultados preliminares evidenciaron la necesidad de depurar la
información y planificar estrategias de atención individualizada para los estudiantes.
El dato
recolectado por el MEP era incluso inferior a la estimación
realizada por el Instituto Nacional de Estadística y Censo (INEC) en su Encuesta
Nacional de Hogares (ENAHO) de los años 2019 y 2020, que ubicaban a casi 500
mil estudiantes que no tienen acceso a internet en sus hogares o solo lo pueden
hacer mediante dispositivos móviles, como teléfonos celulares de sus padres o
tutores.
Durante el 2020,
el MEP recurrió a la estrategia de educación a distancia Aprendo en Casa, con
componentes virtuales y materiales, que dejó al descubierto la brecha
digital en la educación pública.
En agosto del
año anterior, el MEP remitió al Ministerio de Ciencia, Tecnología y Telecomunicaciones
(MICITT), a la Superintendencia de Telecomunicaciones (SUTEL) y al
Instituto Mixto de Ayuda Social (IMAS), el informe con el dato actualizado
(324 mil) de los estudiantes que no contaban con internet en sus hogares. De
ellos, 215.936 se ubican en los estratos de bajos ingresos que son los
definidos por el MICITT para ser incluidos en los proyectos financiados con
cargo a FONATEL. De hecho, 70% de esos estudiantes están en los niveles más
bajos de pobreza.
El MEP solicitó
atender a estos 215 mil estudiantes, para que fueran los nuevos beneficiarios
del Programa Hogares Conectados y de esa manera los 147 mil hogares donde
residen esos estudiantes fueran contactados por las operadoras de
telecomunicaciones que aceptaran la invitación de SUTEL a formar parte del
Programa.(Mep.go.cr,24-5-2021)
En consecuencia,
los 535 mil estudiantes identificados sin acceso a internet hace un año, los
425 mil sin conectividad identificados en la actualidad y a 215.936 ubicados
como beneficiarios del programa Hogares conectados, son los rostros de la
brecha digital, que en el ciclo anterior o en el actual han sido excluidos del sistema
educativo.
Son en su gran
mayoría estudiantes de escuelas y colegios públicos, originarios de centros
educativos de las zonas rurales, de barrios populares y urbanos marginales, que
en nueve de las 27 regiones educativas no alcanzan ni el 50% de la conexión a
Internet, es la otra Costa Rica que excluye a un sector importante de la
población estudiantil de la educación virtual y que restringe su derecho a la
educación en las diferentes regiones del país.
“La falta de
conectividad en los hogares ha impedido una educación a
distancia equitativa, y se ha convertido en uno de los
obstáculos relevantes para llevar la modalidad virtual a todas personas
estudiantes en tiempo de pandemia”, dijo la Ministra de Educación, Guiselle
Cruz.(Cr-Hoy,24-5-2021)
Es una realidad, que a
pesar de los esfuerzos para atender vía digital a estudiantes, muchos de ellos
se han quedado al descubierto, sin acceso real y eficiente al proceso
educativo. De una población escolar de alrededor de 1 millón, se estima
que solo cerca del 43% ha tenido acceso a la plataforma educativa señalada por
el MEP, mientras el otro 57% ha tenido que seguir su proceso por WhatsApp,
recursos digitales offline
y medios impresos. Asimismo, entre el 30% y 40% de estudiantes no ha tenido
acceso a equipo electrónico y conectividad a Internet, situación mucho más
común en las poblaciones más vulnerables y rurales.
Como agravante, muchas
de estas niñas y niños viven en condiciones de pobreza extrema, afectados por
la falta o la pérdida de empleo por parte de sus padres, madres o cuidadores,
padecen distintos tipos de violencia y quedan expuestos a serios problemas
sociales. El MEP ha informado que se ha perdido el rastro a cerca de
91,000 niñas y niños desde que inició la pandemia, lo cual implica un serio
riesgo de exclusión del sistema educativo durante este año
Este momento
difícil, debe ser una oportunidad para innovar y seguir avanzando en las
acciones que el país ha emprendido para acabar con la exclusión escolar. Debe
ser un momento clave para tomar decisiones enfocadas en acabar con las
desigualdades educativas, fortalecer los nuevos modelos de educación presencial
y también virtual. Estamos claros que la pandemia ha acelerado muchos procesos
y cambiará la educación para siempre. Esto puede ser una gran oportunidad para
mejorar aún más la calidad y disminuir la inequidad en el acceso a la educación. (Delfino.cr,12-10-2020)
Una de las
soluciones al problema de conectividad de los estudiantes, es el proyecto de
Albetización digital que pretende utilizar recursos del Fondo Fonatel para
proveer de equipo y conexión a internet a hogares de las zonas rurales, sin
embargo algunos especialistas consideran que este proyecto no resolvería la
brecha digital existente en el acceso a las tecnologías de comunicación y a la
educación de los sectores de escasos recursos.
Según la CEPAL,“los
países de América Latina y el Caribe han adoptado medidas para impulsar el uso
de las soluciones tecnológicas y cautelar la continuidad de los servicios de
telecomunicaciones. Sin embargo, el alcance de esas acciones es limitado por
las brechas en el acceso y uso de esas tecnologías y las velocidades de
conexión”.
“La
diferencia entre los estratos económicos más altos y más bajos condiciona el
derecho a la educación y profundiza las desigualdades socioeconómicas. Para
garantizar una educación inclusiva y equitativa y promover oportunidades de
aprendizaje a lo largo de todo el ciclo educativo, se debe aumentar no solo la
conectividad y la infraestructura digital sino también las habilidades
digitales de maestros y profesores, así como la adecuación de los contenidos
educativos al ámbito digital”, subrayó la Secretaria Ejecutiva de la CEPAL. (CEPAL,Informe especial covid-19,# 7,2020)
La
brecha digital en la educación, es una de las mayores expresiones de la
desigualdad social y económica vigente y uno de los mayores desafíos de equidad
del desarrollo nacional, el cual se ha agudizado durante la pandemia y demanda
una solución integral e impostergable.
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