La semana anterior el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la Escuela de Estadística de la Universidad de Costa Rica (EEs-UCR) presentaron los resultados del Atlas de Desarrollo Humano Cantonal de Costa Rica, 2021 (Atlas 2021), instrumento que incluye datos de indicadores de desarrollo humano en los 82 cantones del país y que presenta un mapa desigual e inequitativo en el país.
Es importante mencionar que
Costa Rica muestra resultados positivos en la medida en que ninguno de los
cantones está ubicado en las franjas baja o muy baja de desarrollo humano.
No obstante, al hacer un ajuste por desigualdad de las personas
que residen en los cantones, se encuentran diferencias en los logros alcanzados
en materia de salud, educación y bienestar material, tal como lo muestra el
Índice de Desarrollo Humano ajustado por Desigualdad.
En cuanto a los índices que consideran el tema de género (IDGc e
IDG-Dc), se observa que disminuyó la cantidad de cantones con menor desarrollo
de género (pasó de 14 a 9).
Sobre el Índice de Pobreza Multidimensional, para
el año 2020 los cantones más rezagados se encontraban en las zonas fronterizas
del país. Si este análisis se hace por provincias, se observa que Limón
presenta una condición particular al ubicar la mayoría de sus cantones por
encima del promedio nacional.(ElPais.cr,16-2-2022).
El Atlas de Desarrollo Humano Cantonal revela
como los cantones costeros, fronterizos y rurales que pertenecen principalmente
a las provincias de Limón, Puntarenas, Guanacaste y Alajuela son los que
muestran los peores indicadores de desarrollo humano. Así en lo que respeta al
Indice de Desarrollo Humano por Desigualdad, los 10 cantones con los
indicadores más bajos son Matina, Talamanca, Buenos Aires, León Cortés, La Cruz,
Los Chiles, Tarrazú,Hojancha y Dota, de los cuales 3 son costeros, 3 son
fronterizos y 4 son rurales.
A su vez entre los 25 cantones con los
indicadores bajos de IDH-D, a los 10 anteriores se suman Sarapiquí, Turrubares,
Osa, Upala, Guácimo, Golfito, Nandayure, Río Cuarto, Turrialba, Corredores,
Guatuso, Siquirres, Quepos, Pococí y Acosta, 7 son costeros, 8 son fronterizos
y 10 son rurales y de ellos por provincias, 6 son de Puntarenas, 5 de Limón, 5
de San José, 4 de Alajuela, 3 de Guanacaste, 1 de Heredia y 1 de Cartago.
En este panorama del desarrollo humano cantonal,
a la tradicional apreciación sobre los cantones costeros y fronterizos como los
que ostentan los peores indicadores de DH, se debe agregar la participación de
los cantones rurales de León Cortés, Tarrazú y Dota de la provincia de San José
entre los 10 de más bajos indicadores, junto a Hojancha de Guanacaste y entre
los 25 mencionados en el IDH-D, se suman los cantones rurales de Acosta y
Turrubares en San José, Pococí, Guácimo y Siquirres de Limón, Río Cuarto de
Alajuela, Sarapiquí de Heredia y Turrialba de Cartago.
La presencia de los cantones costeros,
fronterizos y rurales, también se confirma en el Indice de Pobreza
Multidimensional, que se incluyó por primera vez en este Atlas, en donde los
cantones con el índice más alto de pobreza, son Los Chiles, Talamanca, Upala,
La Cruz, Coto Brus, Buenos Aires, Guatuso, Turrialba, Sarapiquí y Osa, de los
cuales 5 son fronterizos, 2 costeros y 3 rurales.
Se incluyen entre los 25 con el índice más alto
de IPM, Matina, Golfito, Siquirres, Limón, San Carlos, Corredores, Bagaces,
León Cortés, Aguirre, Dota, Pococí, Puntarenas, Nicoya, Nandayure y Parrita, de
los que 10 son costeros, 7 fronterizos y 8 rurales.
También es oportuno indicar los cantones que
aparecen entre los primeros 10 lugares tanto del IDH-D, así como del IPM, que
son Talamanca, Los Chiles, La Cruz, Buenos Aires y Coto Brus y entre los 25 de
ambos índices, están Matina, Upala, Osa, Guatuso, Corredores, Golfito, Quepos, Sarapiquí,
Siquirres, Pococí, León Cortés, Dota y Turrialba, todos ellos costeros,
fronterizos o rurales.
En esta clasificación de cantones por IDH-D e
IPM, llama la atención la gran riqueza natural y económica que poseen, en sus
extensiones y actividades agrícolas, pecuarias, boscosas, hídricas y pesqueras,
así como en infraestructura social, productiva y de servicios y sobre todo en
su población, comunidades y cultura.
Vale la pena señalar en la coyuntura actual, que
estos cantones costeros, fronterizos y rurales, no sólo se encuentran en buena
medida excluidos y marginados del desarrollo nacional y de la acción del
Estado, si no que también lo están del sistema político.
La información de la participación electoral de
la población de estos cantones y los niveles de abstencionismo lo confirman; en
estos cantones con el IDH-D más bajo y el IPM alto, la participación política en
el 2018 fue muy baja, en donde Talamanca y Golfito apenas tuvo el 50%,
Corredores, Osa y La Cruz con el 51%, Buenos Aires y Garabito con el 52%, Los
Chiles con un 53%, Matina, Limón y Quepos con 54%, Coto Brus y Upala con el
55%.
La
democracia económica y política tiene una deuda con estos cantones de las
regiones periféricas. La expresión referida
a la existencia de dos Costa Ricas sigue vigente, hay “una especie de geografía
del desarrollo que parte el país en dos zonas: el centro con mayor desarrollo
productivo y una mayor urbanización, frente a la periferia(ubicada en las
costas y las zonas fronterizas) que no logra disponer del dinamismo adecuado
para generar el empleo y los ingresos suficientes que permitan eliminar la pobreza.(Esquivel,F.,2021,p.222).