Nuevas Competencias del Extensionista Rural
En Costa
Rica, el sector agropecuario continúa siendo uno de los motores del crecimiento
económico del país (SEPSA,2016) sin embargo, en los tiempos actuales marcados por los procesos de
apertura comercial y por los efectos nocivos del cambio climático, sus demandas
de apoyo han
cambiado sustancialmente. Frente a esta
situación, el sistema de extensión rural requiere un nuevo enfoque integral de
asesoramiento, que incluya la generación de nuevas capacidades y habilidades
del recurso humano involucrado en la labor de extensión; así como la definición
de nuevas orientaciones y prioridades a nivel político que permitan el
fortalecimiento de la institucionalidad agropecuaria, tanto a nivel nacional,
regional y local.
A partir de la crisis
internacional de los años 80, la institucionalidad agrícola y las instancias
regionales y locales de extensión han visto reducidos sus presupuestos y
recursos operativos para realizar adecuadamente su mandato. Aun así, el servicio de
Extensión Rural del Ministerio de Agricultura y Ganadería (MAG) es el más
importante por su cobertura al nivel nacional y porque asume el rol de un
estado facilitador e integrador de nuevas oportunidades económicas para la
juventud rural y mujeres para superar desafíos estructurales y emergentes,
incluyendo los esfuerzos nacionales de adaptación y mitigación y de aportes
nacionales al alcance de los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS).
En el 2016,
un estudio sobre el servicio de extensión de MAG determinó la existencia de un
equipo reducido de extensionistas, su alta edad promedio y la proximidad de su
retiro, lo cual exigía la necesidad de implementar un proceso progresivo y
armonizado de renovación del personal dedicado a la extensión agrícola y la
redefinición de sus funciones y competencias.
Con este
propósito se realizó en setiembre del
2017, un estudio denominado “Competencias del extensionista de cara al relevo
generacional en Costa Rica” que tenía como objetivos:
Análisis de la situación de la extensión
agropecuaria y ruralidad en el mediano y largo plazo que permita adaptar los
perfiles profesionales de los extensionistas.
Identificar las competencias que requieren los
extensionistas de cara al relevo generacional, a nivel de
planificación-gestión, metodologías y técnicas.
Elaborar
una estrategia
de incidencia en políticas públicas de las competencias del extensionista de
cara al relevo generacional.
Como parte de
la metodología del estudio se incluyó una revisión de la documentación sobre
extensión agrícola y sobre sistemas de competencias, la elaboración del
instrumento para la validación de las competencias, la aplicación del mismo a
técnicos de instituciones agropecuarias,universidades y ONGs y el diseño de un nuevo
sistema de competencias del extensionista agrícola y rural.
Se estableció
que existen múltiples definiciones de competencias y la mayoría de ellas aluden
al conjunto de conocimientos
teóricos, habilidades, destrezas y actitudes que deben tener las personas para
actuar eficazmente en determinada realidad.
Para el caso de los extensionistas, estas competencias son necesarias
para entender y enfrentar los retos que supone el cambio del paradigma
tradicional de la extensión agropecuaria, de cara a las nuevas formas de
interpretar lo rural y enumerar las funciones necesarias para contribuir al
mejoramiento de la competitividad y bienestar que los agricultores en tiempos
de globalización.
Como
resultado de la consulta de campo a los técnicos se obtuvo la construcción de
una matríz, constituída por 6 ámbitos, a saber: Filosófico, Desarrollo Humano, Relaciones
Interpersonales, Territorial, Metodológico y Educativo, al interior de los
cuales se identificaron un conjunto de competencias específicas.
Entre
los ámbitos, a pesar de que no hubo grandes diferencias en la aprobación de
cada uno de ellos, el más seleccionado fue el de comunicación interpersonal, que
incluye competencias ligados a las actitudes y disposición de los extensionistas,
a la necesidad de aprender a trabajar en equipo, aprender a escuchar, respetar,
convivir con personas y grupos de las comunidades rurales.
Entre
elementos para una estrategia de aplicación del sistema de competencias del
extensionista rural, se plantearon: la
adopción de un enfoque sistémico y territorial del desarrollo rural, orientar
el servicio de extensión fundamentalmente hacia la demanda, vincular la
extensión con un sistema de innovación, implementar modelos mixtos de extensión
público-privados, mantener un apoyo prioritario a la agricultura familia, la
actualización permanente de los profesionales agrícolas y establecer sistemas
de seguimiento y evaluación de las actividades de extensión.
El Foro
Global de Servicios de Asesoría Rural (GFRAS, en el estudio del 2012), “El nuevo
extensionista: roles, estrategias y capacidades para fortalecer los servicios
de extensión y asesoría”, afirma que “la
visión del nuevo extensionista implica cambios en las organizaciones del SEA y
en los entornos propicios para contribuir de mejor manera al incremento de la
productividad y a la eficacia de los sistemas agrícolas, con el fin de mejorar
los medios de vida de los pequeños agricultores”